El ticket digital no es el futuro: es el presente
Imagina que entras en una panadería para comprar un donut o un cruasán. El dulce está decorado con un ticket de azúcar glaseado en el que se indica el precio, la cantidad y el número de factura. En enero de 2020, 200 tickets de azúcar glaseado adornaron el tradicional donut relleno bávaro (el llamado Krapfen), en una panadería de Baviera. Pero no se trataba de una expresión estética de los pasteleros, sino de una protesta contra la introducción de la ley de emisión obligatoria de tickets en Alemania en enero de 2020.
La obligación de emitir recibos tiene como objetivo garantizar que todas las transacciones queden registradas en el sistema de las cajas registradoras y evitar así la evasión fiscal. "Paren inmediatamente la locura de los tickets y sus residuos", exigía entonces la Asociación Central de la Industria Panadera Alemana. Como respuesta a las protestas de los panaderos y otros muchos sectores, el gobierno federal intentó apaciguar las preocupaciones subrayando que los recibos también podrían emitirse electrónicamente. Sin embargo, no se establecieron directrices concretas y su implementación se dejó en manos de cada empresa.
El ticket digital ha llegado para quedarse
Hoy en día, la transición hacia los tickets electrónicos es solo cuestión de tiempo. Bitkom afirma que los tickets digitales juegan un papel importante para el 44% de las empresas alemanas en la actualidad. Según un estudio sobre sistemas de punto de venta (TPV) de EHI de 2022, aproximadamente el 34% de todos los recibos de Alemania pueden emitirse ya digitalmente. Y la previsión para un futuro es del 95%. Empresas como Rewe ya ofrecen tickets digitales a través de su app.
Por lo general, las innovaciones se materializan solo cuando tanto empresas como consumidores están preparados para ellas. Un ejemplo muy conocido es el predecesor del Macintosh: en diciembre de 1968, Xerox presentó una tecnología con ratón y pantalla gráfica, el Xerox Alto. Los testimonios de la época indican que los directivos de Xerox consideraron que mecanografiar la correspondencia era un trabajo de secretaría y que calcular números era tarea del departamento de contabilidad, por lo que mostraron poco interés en distribuir el Xerox Alto. Solo lo utilizaban internamente en la empresa. Muchas de las innovaciones incorporadas en aquel dispositivo fueron adoptadas posteriormente por Steve Jobs para el Apple Macintosh, que salió al mercado en 1984 como el primer ordenador personal de éxito y revolucionó la sociedad. El Xerox Alto se adelantó a su tiempo.
Ahorro de papel y fidelización
La sociedad está más que preparada para el ticket digital. El despilfarro de papel generado por los recibos no es solo preocupante a nivel medioambiental, también es un engorro para el consumidor, que raramente se lleva el ticket consigo, y para las empresas que tienen que deshacerse luego de todos esos papeles sobrantes. Porque además, si utilizan papel térmico para los tickets, estos deben ser reciclados de manera separada. Y esto supone un problema real, especialmente para empresas que venden grandes volúmenes a precios bajos.
Y más allá de todo esto, el ticket digital supone una gran oportunidad para conectar con los consumidores de otra manera. Porque pueden añadir publicidad y dar otros múltiples usos al ticket de compra. En un entorno económico donde construir una comunidad a través de la marca es fundamental para mantener y establecer una base sólida de clientes, este tipo de comunicación es esencial. La gente no quiere solo comprar, sino reafirmarse en sus valores, estilo de vida y sentimiento de pertenencia.
Más poder para el cliente
Por otro lado, en el futuro va a ser cada vez más importante ofrecer a los clientes una experiencia de compra cómoda. Y los tickets digitales pueden integrarse fácilmente en un wallet en tu teléfono. En estos tiempos donde reina una sensación de escasez económica y se busca la autonomía financiera, el ticket digital permite a los clientes gestionar sus gastos de manera electrónica, una tendencia cada vez más extendida.
En este sentido, los recibos digitales permiten una mayor sencillez a la hora de declarar impuestos, ya que pueden almacenarse en el mismo sitio sin perderlos. Y los clientes también encuentran sus tickets mucho más fácil a la hora de devolver un producto, un derecho del consumidor que no siempre se utiliza porque los tickets en papel se pierden muy frecuentemente.
Anticiparse a la norma
La idea de montones de gente almacenando documentos físicos en sus casas va en contra del concepto de minimalismo, muy en auge últimamente. Los documentos se acumulan y parece que acumular cosas se está pasando cada vez más de moda. Mucha gente no tiene oficinas en casa donde apilar carpetas llenas de recibos durante años. Especialmente los jóvenes, los consumidores del futuro (y del presente), prefieren guardarlo todo en sus teléfonos.
El ticket digital se alinea muchísimo más con nuestro estilo de vida actual que el ticket en papel: evita el desperdicio de papel, facilita la comunicación con el cliente, a quien permite tener un mejor control de sus finanzas y asuntos fiscales. La transición hacia este modelo es simplemente una cuestión de tiempo, al igual que pasó con el ordenador personal. Quienes no den este salto hoy se quedarán atrás con respecto a la competencia. Los comercios quieren ofrecer el ticket electrónico y los proveedores de software TPV deben estar preparados.